DOS FINCAS Y UN VESTIDO DE NOVIA: EL PAPEL DE LAS DOS ABUELAS DE TERESA URQUIJO EN SU BODA CON JOSé LUIS MARTíNEZ-ALMEIDA

En ocho días, José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo protagonizarán la gran boda de la temporada. Será el 6 de abril cuando pronuncien bien alto el ‘sí, quiero’ en una ceremonia religiosa que congregará a cientos de invitados, entre los que no faltarán, como es lógico, miembros de las familias de los cónyuges.

Ha sido la de la novia, por ambas partes, la que ha tenido, quizá, más protagonismo durante la organización del evento. Aunque su entorno se ha volcado en los preparativos de su gran día, lo cierto es que las dos abuelas de la novia han tenido un protagonismo completamente involuntario cediendo a los novios algunos de los elementos más importantes de una boda.

Tanto Teresa de Borbón-Dos Sicilias como Carmen Fernández de Araoz, conocida entre la alta sociedad como Piru Urquijo, con quien Teresita tiene una relación extraordinaria, se han volcado en que todo salga como su nieta sueña. Faltaría más.

Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, en Las Ventas. (Europa Press)

La finca de la pedida de mano

La primera en poner su granito de arena en este gran acontecimiento fue precisamente su abuela paterna, Piru Urquijo. Fue en la finca que ella y su marido poseen en Los Molinillos, en Navalagamella, a 50 kilómetros del centro de Madrid, donde la pareja celebró el 27 de enero la pedida de mano oficial, con el tradicional intercambio de regalos.

En el corazón de esta propiedad es donde la familia ha celebrado históricamente las grandes ocasiones. Con espacio para algo más de 600 invitados, fue la elegida por Jaime Urquijo Zobel de Ayala y Alexandra Suárez para celebrar su boda en octubre de 2019.

Un enlace por todo lo alto que reunió a la familia Urquijo al completo, que ese día fueron testigos del primero de los pasos que dieron José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo antes de convertirse en marido y mujer.

El otro escenario de su boda

El sábado 6, casi tres meses después de ese emocionante momento en el que se conocieron ambas familias, volverán a darse cita en la boda de sus protagonistas. Aunque primero sellarán su amor durante una ceremonia celebrada en la madrileña iglesia de San Francisco de Borja (conocida popularmente como los Jesuitas de Serrano), después pondrán rumbo a otro escenario de la familia de la novia.

Se trata de la finca El Canto de la Cruz, como ya adelantamos desde estas páginas hace semanas. Una finca propiedad de sus abuelos maternos, Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna, y Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, prima del rey Juan Carlos (su madre fue infanta de España) y hermana de Carlos de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria, y de Inés de Borbón-Dos Sicilias, duquesa de Siracusa.

José Luis Martínez-Almeida y Teresa de Borbón-Dos Sicilias. (EFE/JuanJo Martín)

Esta finca también está ubicada en Madrid. En concreto, en el término municipal de Colmenar Viejo. Su distancia de Madrid, unos 37 kilómetros, que se traducen en cerca de tres cuartos de hora de coche o en autobús, los dos medios de transporte que utilizarán los cientos de invitados para trasladarse desde el corazón del barrio de Salamanca, donde, como decíamos, tendrá lugar la misa.

En El Canto de la Cruz, la abuela de Teresa cría caballos de pura raza árabe de los más prestigiosos internacionalmente con su Yeguada Flor de Lis. También, puntualmente, se organizan en la finca concursos completos de equitación en los que la propia Teresa de Borbón está al pie del cañón de los detalles.

El vestido de su madre y abuela

El 16 de abril de 1961, Teresa de Borbón-Dos Sicilias e Íñigo Moreno de Arteaga se dieron el 'sí, quiero' en un fastuoso enlace celebrado en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha. Para la ocasión, la novia se enfundó en un impresionante vestido que, años más tarde, llevaría su hija Beatriz Moreno y de Borbón para su boda, otro día 16, pero de junio de 1995.

Un traje, dos novias, madre e hija, y puede que una próxima mujer de la familia en lucirlo: Teresa Urquijo, Teresita para sus íntimos, en la boda con Almeida.

Aunque aún se desconoce si cumplirá con la tradición de su madre y su abuela de llevar el mismo vestido, sí sabemos que lo firmará Navascués y que no podrá lucirlo con la tiara familiar que llevó su madre, ya que, tal y como confirmó a Vanitatis David Rato, experto en joyas de la Casa Real española y creador de la cuenta Spanish Royal Jewels, la impresionante tiara de Chaumet de diamantes y rubíes fue vendida hace años a la millonaria familia Lin.

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