EL MISTERIO DE LA PIñA DESAPARECIDA: ¿HA ELIMINADO CARLOS III ESTA FRUTA DE LOS BANQUETES DE ESTADO?

La piña es una fruta tradicional en los banquetes de Estado en Buckingham desde Carlos II, quien decidió servirla en su mesa como símbolo de riqueza y generosa hospitalidad. Sin embargo, la piña ha desaparecido del menú del último banquete celebrado en el palacio, el ofrecido hace unos días por Carlos III a los emperadores de Japón, Naruhito y Masako, en su visita al Reino Unido. Un detalle observado por algunos de los invitados a la cena de gala que, sin embargo, no había ocurrido ni en el banquete ofrecido en honor al presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, con piñas y otras frutas entre los arreglos florales que adornaban las mesas, también estaban en las de la cena ofrecida para agasajar al presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, en noviembre de 2003.

En esta última ocasión, no había ni rastro de piñas. El líder demócrata Ed Davey ha contado a GB News que la difunta Isabel II ofrecía “un postre extra de piña” a sus invitados, y se ha preguntado si este cambio supone un replanteamiento en el reinado de Carlos III. “Creo que el rey decidió que preferiría gastar ese dinero en flores", pensó. “Espero no estar revelando un secreto que no debería, pero las flores eran absolutamente preciosas. Creo que se gastó un poco más de dinero en ellas que en piñas”. The Telegraph apunta hacia otra teoría. Mientras que los dos banquetes de Estado anteriores incluyeron cuatro platos (un entrantes, un plato principal, un pudin y fruta), en este se suprimió la piña “para permitir que los invitados tuvieran más tiempo para socializar” tras la comida. “En lugar de quedarse sentados comiendo fruta disfrutaron de petit fours, café y digestivos mientras charlaban con otros invitados”.

Haber eliminado el plato de frutas del menú podría ser la causa de un nuevo enfoque en los arreglos de mesa con pequeños jarrones y cuencos con guisantes de olor, peonías y rosas junto a otros de mayor tamaño. Las rosas, apunta el mismo diario, procedían de los jardines del Palacio de Buckingham y del castillo de Windsor.