LA PRINCESA MARTA LUISA Y VICTORIA LóPEZ-QUESADA: UNA NORUEGA, UNA ESPAñOLA Y DOS NOVIAS MUY DISTINTAS

Este fin de semana se han llevado a cabo dos de las bodas más sonadas del 2024, ambas con aroma a realeza.

El pasado sábado 30 de agosto, la princesa Marta Luisa de Noruega y el chamán Durek Verrett se unieron en matrimonio a la una de la tarde en el Union Hotel, en la ciudad costera noruega de Geirangerfjord.

Núria Tiburcio

Por la tarde pronunciaba el ‘sí, quiero’ otra destacada novia que, aunque en su caso no pertenece a ninguna familia real, si está muy relacionada con la casa real española. Se trata de Victoria López-Quesada, hija mayor del matrimonio formado por Pedro López-Quesada y Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y a su vez, ahijada del rey Felipe VI, invitado al enlace junto a la reina Sofía y la infanta Cristina.

La princesa Marta Luisa y Durek Verrett, en su boda. (NTB Heiko Junge vía REUTERS)

La joven protagonizó una preciosa boda junto a su prometido, Enrique Moreno de la Cova, hijo del ganadero sevillano Enrique Moreno de la Cova Maestre y de la pintora Cristina Ybarra y Sainz de la Maza, en Soto Mozanaque, la finca propiedad de Ioannes Osorio, duque de Albuquerque, ubicada en Algete, a 20 minutos del centro de Madrid.

Ambas pudieron desvelar en sus respectivos enlaces el secreto mejor guardado, la prenda que más expectación genera en cualquier enlace: el vestido de novia. Tanto la una como la otra demostraron ser fieles a sus propios estilos y apostaron por looks nupciales muy diferentes.

En el caso de Marta Luisa de Noruega, la hermana de Haakon de Noruega siempre ha hecho alarde de un estilo atrevido en el que no ha dudado, en muchas ocasiones, en mezclar colores y tejidos, apostar por llamativos complementos que se salen de lo clásico e incluso recargar con diferentes elementos o adornos sus outfits.

La princesa Marta Luisa y Durek Verrett, en su boda. (NTB Heiko Junge vía REUTERS)

Para su vestido de novia, aunque ha apostado por los tradicionales satén (ahora tendencia), falda con cola y velo, ha incluído detalles para aportar su propia personalidad en un día tan importante para ella. Para comenzar, se alejó del clásico blanco para lucir un tono marfil. Como decíamos, una vez más mezcló tejidos. Al tul del velo no le acompañaron una falda y sobrefalda del mismo tejido. El satén fue el protagonista del conjunto, que además prescindió de mangas y contó con un escote pico, dos opciones que se alejan de las novias más clásicas.

La princesa Marta Luisa y Durek Verrett, en su boda. (NTB Heiko Junge vía REUTERS)

Los detalles de flores bordadas en 3D en el cuerpo del vestido y el encaje confirmaron el gusto de Marta Luisa por los adornos llamativos. Aún así, no dudó en añadir más flores, esta vez de color rosa y en cascada, presentes en el ramo y a juego con el adorno floral que el novio llevaba en la solapa de la chaqueta del su traje. Sí que mantuvo la tradición de lucir una tiara importante para la familia decantándose por la tiara de la cebada, un regalo que el rey Olav V, su abuelo, le hizo a su nieta con motivo de su 18 cumpleaños.

Muy distintas fueron las elecciones de Victoria López-Quesada, quien optó por un diseño de Lorenzo Caprile, el mismo diseñador que realizó el vestido de novia de su madre, Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Esta se atrevió con un rompedor diseño con cuerpo encorsetado y falda corpulenta, nada habitual hace más de 30 años, que completó con un velo de encaje antiguo, tipo mantilla con puntillas y adornos florales, que perteneció a su abuela, la infanta Alicia de Borbón-Parma y que también ha lucido este fin de semana su hija, apostando por la tradición.

Pedro López-Quesada y Cristina de Borbón Dos Sicilias el día de su boda. (EFE)

En el caso de López-Quesada, la joven se ha hecho más de rogar que la princesa Marta Luisa, alargando el momento de desvelar el diseño de su look nupcial que, seguro, no tardaremos en ver a través de fotografías.

Lo que, por el momento, sabemos, es que la novia se rindió al estilo clásico, depurado y atemporal.

2024-09-01T03:05:14Z dg43tfdfdgfd