JAVIERA MENA VUELVE A ARGENTINA CON NUEVO DISCO Y UN SHOW EN VIVO

Dice que su primera conexión con la música fueron sus abuelos. A Javiera Mena su abuela le silbaba para acostarla y cuando caminaba al centro, sus tacos repetían un patrón rítmico que llamaba la atención de la futura cantautora. El abuelo era melómano y escuchaba discos variados.En 2006, esta cantante chilena lanzó Esquemas juveniles, que significó algo inusual: fue un primer disco consagratorio. Su manera de vincular los sonidos electrónicos con la canción romántica constituyó una síntesis que se venía palpitando. Ese disco representó, de inmediato, una conexión con el público argentino, que la escucha desde ese entonces, y que volverá a verla en vivo en octubre próximo en el Teatro Margarita Xirgu.

El vínculo de Javiera Mena con Argentina precede a su despertar como artista. “La relación con este país viene desde antes de hacer mi música”, dice a PERFIL. “Cuando me puse a componer, empecé a venir a Argentina, la primera vez en bus, a los 19 años. Me encontré con una escena muy rica: Miranda, los DJ Pareja, Leo García, las letras de Pablo Schanton, Rosario Bléfari, entre tantos otros. Me di cuenta de que había una escena más desarrollada que la chilena y me inspiré mucho de ella. Veo a Argentina como un hogar. Como ser humano más que como artista”.

—¿En Chile era distinto?

—Creo que la gran diferencia estaba marcada por los espacios que te dan el medio para desarrollarte como artista. En Argentina siempre abundaron discotecas, festivales, y siempre proliferó mucho la cultura. La dictadura en Chile todavía es reciente, venimos de un desierto que recién empezó a mutar en los 90. Creo que la conectividad vino a emparejar un poco más la cosa.

A su disco debut le siguieron Mena; Primeras composiciones 2000-2003; Otra era, Espejo, y Nocturna. Y hace unas semanas vio la luz Volver a llorar, el primer adelanto del que también presentará en Argentina, y que ya tiene su versión en video dirigido por Joseph Ros, en donde la artista encarna a una vampiresa. “Es una canción que invita a conectar con la pena”, dice a Mena a PERFIL. “De alguna manera, está dirigida a quien no puede llorar y  está desconectado de la pena. Concretamente, es una invitación a llorar porque llorar es una especie de curación”.

—Quizá da miedo encarar el sufrimiento.

—Sí. A veces no se supera el amargor de la vida, entonces hay que saborearlo. 

—¿En qué momento está tu show en vivo?

—Me preocupa que haya un hilo conductor en el espectáculo. Estoy en una transición entre lo que estoy haciendo ahora y el disco. 

—¿En qué sentido?

—El show en vivo me enseña a tantear lo que estoy componiendo; a masticar canciones nuevas. A veces sacás un disco y al tocarlo en vivo te das cuenta de que podrías haber tomado otras decisiones.

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