ALBERTO SANTILLáN: "QUE NOS QUIERAN SACAR DE LA CALLE ES IMPOSIBLE PORQUE LO QUE CONSEGUIMOS FUE LUCHANDO EN LA CALLE"

Darío Santillán tenía 21 años y era militante de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón. El 26 de junio de 2002 a él y a Maximiliano Kosteki los asesinó la Policía bonaerense, en lo que se conoció como la Masacre de Avellaneda durante el gobierno de Eduardo Duhalde.

Alberto Santillán, padre de Darío, sigue luchando para que también paguen los responsables políticos de aquellos crímenes. Considera que el gobierno de Javier Milei está reprimiendo para que la gente no salga a la calle a manifestarse y se siente decepcionado del kirchnerismo, que no cumplió con su promesa de investigar a fondo aquellos sucesos.

-¿Cómo vivís este nuevo aniversario, el primero con Milei como presidente de la Nación?

-En realidad, no es únicamente una fecha puntual. Uno como padre o como hermano de Darío, todos los días es despertarse y pensar en el hijo. Despertarse y pensar en el hermano, en el compañero. Son momentos difíciles todos los días, pero no nos dejamos llevar adelante por toda la impunidad que rodea esta búsqueda de justicia por Darío y por Maxi, sino que también el hecho de estar orgullosos del hijo y del hermano es lo que nos da fuerza para no claudicar, no bajar los brazos. Y también la importancia de que la militancia y una parte importante de la sociedad no dejan que Darío y Maxi se caigan, sino que también a nosotros nos permiten seguir luchando con más fuerza cada día. Y en este gobierno de Milei, de vuelta con Patricia Bullrich al ruedo, de vuelta la represión, la instalación del miedo. A los compañeros y compañeras que se manifestaron los quieren acusar de de terroristas. O sea que instalan el miedo en toda la sociedad para que la sociedad no se manifieste. Pero están totalmente equivocados. Desde mi punto de vista personal y como padre Darío siempre nos han querido correr de las calles, pero eso es imposible que suceda. Y como me pasa a mí, les pasa a un montón de compañeras y compañeros que quieren cambiar esta situación de mierda, que no es únicamente con este gobierno, sino con los anteriores también. Que nos quieran sacar de las calles es imposible, porque nosotros lo que hemos conseguido lo hemos conseguido en base a lucha y estando en las calles.

-Pasó mucho tiempo, obviamente, y hay cosas que se repiten. Antes del doble crimen y el asesinato de Darío y de Maxi también hubo una campaña de estigmatización previa. Si tuvieras que decir en qué se parece y en qué se diferencia este momento de aquel 26 de junio de 2002, ¿qué dirías?

-En aquel contexto del 2002 no hay que olvidarse cómo el gobierno nacional y provincial bajaban una línea realmente dura en un contexto de una conflictividad social que era fuertísima. Y entonces todos aquellos y aquellas que cortaban rutas y calles o se manifestaban estaban señalados para meterlos presos. A través del miedo querían sacar a la gente de las calles. No hay que olvidarse que en ese momento también actuaron las tres fuerzas federales, Gendarmería, Prefectura, además de la Bonaerense. Tampoco de las palabras de Aníbal Fernández que quería instalar que había una lucha armada y que lo que se quería hacer era voltear al gobierno. Eso fue la línea dura. Sabemos muy bien que se ha caído esa gran mentira cuando el querido compañero el Ruso (Sergio) Kowalewski mostró las fotos que salieron después en Página 12, cuando en su momento Clarín en su portada principal había puesto que la crisis causó dos nuevos muertos. No hay que olvidarse de eso, que todavía a mí me revuelve las tripas semejante mentira y semejante complicidad de los grandes medios. Y con este gobierno, en la represión del 12 de junio, también a los compañeros y las compañeras detenidos se los acusó de sedición y terrorismo. No hay que olvidarse que el fiscal Stornelli no únicamente los metió presos, incluso les imputó 15 delitos, sino que también puntualmente él en vez de decir que estaban detenidos los compañeros o gente que se manifestó tranquilamente, muy suelto de cuerpo dijo que los 33 detenidos eran piqueteros. Entonces estamos hablando de la señalización y querer como siempre instalar el miedo para que nadie se manifieste. Y hoy como en aquel momento también hay hambre y desocupación, hay pobreza y en este contexto todavía están regalando el país. Este gobierno, se va a ir y ojalá se vaya mañana, pero con la ley de Bases, con todos los derechos que le ha sacado a los trabajadores, a las mujeres, -porque para tener todos estos derechos sociales que nosotros tenemos también hubo compañeros y compañeras que han dejado la sangre para cambiar y los que nos benefician a nosotros, los laburantes-, pero este gobierno se va a ir y estas cosas que están haciendo van a quedar para el próximo gobierno y así gobierno tras gobierno siempre, siempre están llevando adelante cosas para joder más al laburante. En este contexto, fíjate que ya no hay manera de que la guita te alcance. A los jubilados no les alcanza con 200.000 $ de mierda que este gobierno les está dando. Dejan que se mueran. Estamos aparentando un poco la situación del 26 de junio, que yo creo que el 26 de junio nosotros hemos pagado con dos muertos, con Darío y con Maxi. Y en este gobierno también hay muchísima represión y espero que no haya muertos. Porque espero que no haya muertos, porque también alguna vez tiene que pasar de que los muertos no los tengamos que poner nosotros, que los muertos no los tenga que poner el pueblo. ¿Qué pasa el día que los muertos los pongan los que están en la vereda de enfrente?

-¿Cómo ves el rol de Bullrich, que crece, parece, su protagonismo justamente en base a la represión? No sé si hay un antecedente de alguien que fue candidata, ahora vuelve a ser ministra de Seguridad, pero su principal modo de acumulación política es a través de la represión. Así ella gana centimetraje, gana protagonismo y gana poder, incluso dentro del gobierno de Milei.

-Coincido con lo que estás diciendo. También tenemos una parte de la sociedad que es de ultraderecha, que a quienes nos manifestamos nos quieren borrar del mapa. Y entonces en esto, qué mejor intérprete que Bullrich, ¿no? Porque ya nos ha pasado cuando Bullrich estuvo con Mauricio Macri, cuando nos puso la famosa valla china y que no nos dejaban manifestar. Y son tan estúpidos que nosotros no podemos asegurar el puente, pero en definitiva ellos terminan cortando el puente, entonces es una cuestión de capricho y de querer demostrar el poder. Yo creo que todos tenemos derecho a manifestarnos. Yo no creo que todos los derechos sean iguales. Yo creo que el el derecho al libre tránsito está perfecto, pero me parece que sobre ese derecho también considero que es mucho más importante tener el derecho a la justicia.

-Por el doble crimen de de Darío y Maxi hay por lo que entiendo dos detenidos nada más después de tantos años, el comisario bonaerense Fanchiotti y el cabo Alejandro Acosta. Pero un reclamo histórico de los familiares siempre fue ir a apuntar también a los responsables políticos, a la responsabilidad del Estado. ¿Cómo se explica que nunca se haya avanzado en ese sentido?

-Este 26 hace 22 años que venimos desde el primer día señalando a los responsables políticos. Quizás ellos consideraban que el hecho de entregarnos a Fanchiotti y Acosta, que fueron los cobardes que dispararon, pensaban que nosotros como familia con eso nos íbamos a conformar y nos iríamos a nuestra casa diciendo que tuvimos justicia. Pero no. Nunca hubo una voluntad de parte de la justicia y tampoco hubo una voluntad de gran parte del arco político. Los responsables políticos ya tendrían que estar con sus huesos presos. Presos y en la población carcelaria común. Es difícil porque también hay que entender y ver sobre todo que a veces es difícil que el el fiscal o el juez los condenen cuando estos jueces y fiscales generalmente son digitados por el poder de turno. Todo lo que se ha visto, todo lo que se vio, todo lo que se leyó, las declaraciones, es imposible, que la justicia no vea el eslabón que según ellos dicen que falta para apuntar a los responsables políticos.

-Es una decisión de no ir a en ese sentido, de no responsabilizar o llevar a la cárcel a las personas que tomaron decisiones o que diseñaron una estrategia, como ustedes dicen.

-Seguro. Pero cuando yo señalo que hay falta de voluntad de parte de la justicia es clarito como el agua. Hay que hacer un poquito de memoria o rememorar aquellos momentos para saber que sin una orden del gobierno nacional y del gobierno provincial no hubiese pasado semejante masacre. Más allá de que nosotros quizás consideramos que únicamente iba a haber represión, algún preso, pero jamás pensamos de que íbamos a pagar con dos muertos. Y a 22 años seguimos pidiendo justicia, seguimos luchando y hemos conseguido algunas cosas que son importantes como arrancarle a Lijo que la causa no prescriba. También es importantísimo haber cambiado el nombre del genocida de Avellaneda y que tenga el nombre de dos luchadores contemporáneos como fueron Darío y Maxi. Son cosas que a veces uno tiene tantas cosas por delante para exigir justicia que uno como que se olvida de los logros obtenidos. Pero los logros obtenidos hay que volver a resaltarlos, porque acá la justicia no nos regala nada, nadie nos regala nada. Lo que hemos conseguido lo hemos conseguido poniendo las pelotas y los ovarios para tener esta justicia. Lo que pasa es que en ese momento el gobierno había señalado que era una muerte entre piqueteros, que había armas en la estación en ese momento de Avellaneda. Cuando Norita lo llama, la querida Norita, lo llama a Solá para preguntarle por qué semejante represión, Solá le dijo: no se preocupe, Norita, es una muerte entre pobres. Tampoco hay que olvidarse cuando Felipe Solá recibió al asesino de Fanchiotti felicitándolo por su accionar en la represión y después se cae la gran mentira. Y, vuelvo a decirlo, por las por las fotos que aparecen en Página 12, que gracias al compañero el Ruso Kowalewski ahí se le cae toda la mentira al gobierno. Y realmente fue un plan pergeñado por el gobierno nacional y el gobierno provincial y a 22 años todavía no tenemos una justicia como la que realmente se merecen Darío y Maxi con los responsables políticos presos.

-Dijiste que a veces parece que el odio te va a consumir. ¿Cómo se hace para evitarlo? ¿Cómo hiciste? ¿Cómo hicieron ustedes?

-Yo nunca fui una persona de tener odio. Y es muy difícil. Es muy difícil porque vos ves que mientras vos tenés a tu hijo asesinado, los responsables políticos siguen pululando por todos los medios televisivos, a través de la radio, a través de los diarios y presentándose para diferentes cargos. Entonces es imposible no sentir odio. Es imposible. Yo lo veo a Duhalde, lo veo a Solá, veo a cualquiera de los políticos que tuvieron que ver con la represión y realmente se me revuelven las tripas. No puedo entenderlo.

-Pero el odio no te consume. Seguís adelante.

-También tengo que entender que eso tengo que canalizarlo, que también tengo tres hijos más, dos hijos más, una hija más y también tengo el orgullo de ser el padre de Darío. Entonces, si a mí el odio me vence, me corroe, en realidad le estoy dando la derecha a los responsables políticos. Entonces me refugio en el amor de mis hijos. También me refugio sin ninguna duda en los compañeros y en las compañeras que nunca nos han dejado solos y que nunca permitieron que estemos solos. Y entonces, ¿cómo no ser agradecido? Primero agradecido por tener el hijo que tengo que es Darío. Ser el orgulloso padre de Darío. Es una frase hecha que el amor vence al odio, pero yo a través del amor a mi hijo puedo plantarme ante quien sea y como sea y realmente no dejarme vencer por eso. Porque si no yo no sé que hubiese sido de mi vida si realmente el odio me hubiese ganado. Pero te vuelvo a reiterar el amor por mi hijo hace que me mantenga en pie. Y también Dari, para dar semejante lucha tuvo que tener muchísimo amor para entregar hasta su propia vida. Y entonces nos refugiamos en eso también. En el amor. En el amor del hijo, de mis hijos, de mi hija y también en el amor de toda esta militancia que nunca nos permiten que estemos solos y siempre tienen a Darío como bandera de lucha.

-¿Qué fue para vos el kirchnerismo? ¿Cómo lo ves en este momento, después de tantos años, a ese proceso que se inició después del doble crimen, después de que Duhalde anticipó su salida del Gobierno?

-Si lo tengo que ver desde el punto de vista personal, realmente me pareció una falacia tener que ir a verlo a Kirchner y en ese momento me sentí un idiota útil porque Kirchner me palmeó la espalda diciendo que iban a investigar el tema hasta las últimas consecuencias, que no le importaba el político que sea, que si tenía algo que ver con la Masacre de Avellaneda los quería ver presos. Una gran mentira que quizás sirvió para ese momento que también era de conflictividad con los movimientos sociales. Le servía la foto. Pero pasó el tiempo y lo que prometió nunca lo hizo. Y entonces esto a mí me genera, y lo he señalado, que por mentirme y por no haber investigado termina siendo cómplices del asesino de Duhalde. Eso no quiere decir que yo no vea cosas que que han sido positivas. Por eso señalo de manera personal. En su momento pensé que quizás sería un presidente distinto, como se manifestaba él, tan cercano a los más humildes, a los luchadores. Y también no me olvido, como él, como Cristina, a veces se les caían las lágrimas cuando hacían algún acto por algún compañero que ellos conocieron caído. Pero no únicamente fueron los compañeros que ellos conocieron, sino que también hay tantísimos compañeros antes, durante y después del kirchnerismo que han matado las balas del Estado. Entonces desde ese lugar yo me siento totalmente decepcionado. Y del kirchnerismo nunca más ya no se puede esperar nada. Y en su momento pensé que sí, que podría ser algo distinto y en su momento hasta me ponía un poco contento. Pero realmente terminó siendo más de lo mismo. Vuelvo a reiterar, de manera personal. Después, en cuanto a lo político, ha hecho cosas que son buenas y otras cosas no tanto, pero haciendo una comparación con este gobierno me parece que hubiese sido en lo económico un buen gobierno.

-Milei llegó obviamente a la Presidencia por una serie de razones. Algunas tienen que ver con la época, quizás, otras con el contexto internacional, pero hay otras que tienen que ver con nuestra historia. Llegó con críticas al Estado, llegó con críticas a la democracia, a la dirigencia, a la casta. ¿Qué responsabilidad le asignás vos a la dirigencia política que se alternó en el poder en las últimas décadas en este ascenso de Milei, que fue tan rápido, tan vertiginoso? En dos años pasó de panelista a presidente.

-En dos años pasó de imitarlo a a Leonardo Favio a ser presidente de la Nación. Con las barrabasadas que dijo. Y en realidad yo creo que no únicamente los políticos, sino que también nosotros como sociedad tenemos que hacer un un mea culpa y y una crítica hacia adentro. Yo todavía no puedo creer que sea presidente. Entonces te ponés a pensar y decís: qué mal. Porque no únicamente lo votó la gente de poder adquisitivo, sino que ha arrancado muchos votos desde las barriadas más humildes. Entonces es increíble como en algunas provincias ha ganado por un amplio margen. Creo que fue Mendoza, si no me equivoco, una provincia la cual él no había visitado y sin embargo ha sacado un altísimo porcentaje de votos. Yo creo que con todo lo que decía y con todo lo que dice y vos lo observás y y tiene una forma de expresarse y un goce. Por ejemplo, cuando decía que va a seguir echando a compañeras y compañeros. Lo ves como como si estuviese gozando. Es tan perverso. La otra vez una señora decía en la televisión: nosotros no sé que le hicimos a Milei para que Milei nos odie tanto. Porque no hay una sola buena para el laburante o para el jubilado. Todo está pergeñado para que los que más tienen más tengan. Y realmente en mi vida hice tantas cuentas para ver si puedo llegar a fin de mes. Le pasa a tanta cantidad de compañeras y compañeros y ni hablemos de los que echó y quedaron fuera del circuito laboral, porque vos salís del circuito laboral y no tenés trabajo, no hay una puta fábrica que se haya abierto, no hay nada. Si no trabajás en vigilancia o no sé. Tenés que sobrevivir. Vos tenés una familia y si sos mantero estás ahí en algún puesto, tratando de llevar un mango a tu casa para que morfen tus hijos, te agarran, te cagan a palos, te incautan lo que tenés. Cada vez se hace más difícil. Todavía no puedo entender cómo un personaje como este que yo no creo que sea un loco... Yo creo que es bastante consciente de lo que está haciendo y lo que está haciendo encima lo dice y de una manera realmente muy morbosa, como gozando de la pobreza que está haciendo y de todos los derechos que nos siguen quitando. Y nos va a seguir quitando porque evidentemente tenemos unos políticos totalmente corruptos. Eso lo hemos visto. Cómo transan una cosa por otra y lamentablemente en la clase política todos tienen precio. O la mayoría tienen precio, porque también hay salvedades ante los cuales yo me saco el sombrero y los respeto muchísimo. Si vos me decís, bueno, pasamos esto pero más adelante estaremos un poquito mejor. Pero sabemos que no, sabemos que lo que se viene es peor todavía. Y no únicamente con los derechos que nos quita, sino que también sabemos que quienes estamos en las calles también nos van a reprimir. O sea que no veo nada bueno de este personaje, este maldito personaje.

-Se dice que las nuevas generaciones, que estaban enojados, son el gran apoyo o uno de los grandes apoyos que tiene Milei. ¿Qué ves vos en los jóvenes? ¿Qué ves en los que hoy tienen la edad que tenía tu hijo?

-Un amplio abanico de la juventud se dejó llevar por Milei, porque ellos también buscan algo distinto. Ellos también están cansados de que los que nos gobiernan siempre son los mismos y siempre hacen lo mismo. Creo que Milei ha bajado un mensaje y hay gente que ha comprado porque le creía, porque quería también cambiar todo esto. Yo creo que los tiempos son un poquito diferentes con respecto a esos momentos, cuando Darío tenía 21 años. Estamos hablando de 2002. De 2002 al 2024 han pasado tantas cosas que hay un descreimiento total de la política y yo creo que la juventud se ha dejado llevar por lo que manifestaba Milei. Pero también a veces alguna juventud le preguntaban por qué habían votado Milei y no sabían qué responder. Evidentemente la juventud también busca algo diferente y no es únicamente en lo discursivo, pero también esa juventud o la mayoría que ha votado a Milei creo que muchísimos están arrepentidos de haberlo votado. Yo creo que la juventud tendría que tener un poco más de militancia. No digo que no haya jóvenes militando porque hay muchísimos jóvenes militando, pero a veces en las barriadas el mensaje no llega muy claro. Y entonces es esto, quieren un cambio y me parece que Milei vino con eso que ellos querían escuchar. Pero del hecho a lo hecho realmente de lo que dijo para nosotros no hay nada. Evidentemente no hay nada. Y para los jóvenes peor todavía.

Entrevista realizada por Diego Genoud en su programa Fuera de Tiempo (Radio Con Vos).

DG/CRM

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