GEORGE CLOONEY Y BRAD PITT SE DIVIERTEN EN LA MOSTRA, BRADY CORBET SACUDE CON "THE BRUTALIST"

El duo de sexagenarios más atractivo de Hollywood, Brad Pitt y George Clooney, desembarcó el domingo en la Mostra de Venecia con una comedia bajo el brazo, "Wolfs", mientras que el director Brady Corbet sacudía al público con un drama absorbente, "The Brutalist".

También fue el turno del director brasileño Walter Salles, que presentó en competición "Ainda estou aqui", sobre uno de los desaparecidos más conocidos de la dictadura militar, el ingeniero y político Rubens Paiva.

- Atizarse en la cara -

Con la tranquilidad de participar fuera de concurso, y dispuestos a traer un poco de ligereza y humor a Venecia, Pitt y Clooney interpretan en "Wolfs" a un par de tipos que tienen que limpiar la escena de un crimen, sin saber que la situación pronto se volverá caótica.

"En cuanto leí el guión y pisé el rodaje sabía que ese tipo de relajo, la manera como nos burlamos uno del otro, iba a funcionar", explicó Clooney en rueda de prensa antes del estreno.

Luego llegaron las bromas. "Tiene 74 años y a esa edad tiene suerte de seguir trabajando", dijo Clooney de su amigo y compinche (que en realidad tiene 60), con el que ha rodado éxitos como la trilogía "Ocean's Eleven".

De lo que se trataba era de poder "atizarle en la cara" durante la película, repuso Pitt. Pero ese fragmento "lo cortaron" en el montaje de "Wolfs", replicó Clooney.

- Una película desmesurada - 

El festival llega casi a su ecuador con 21 películas a concurso por el León de Oro, una selección que va alternando las producciones con grandes estrellas (el thriller erótico "Babygirl" protagonizado por Nicole Kidman o "Maria" con Angelina Jolie), experimentos fílmicos ("El jockey" del argentino Luis Ortega) y películas europeas de tono social (la película francesa "Leurs enfants après eux").

"The Brutalist" contiene un poco de experimentación, de amor, de sexo brutal y de historia contemporánea, pero ante todo es un manifiesto en favor de la independencia y la tenacidad del artista.

Adrien Brody interpreta al arquitecto húngaro László Tóth, en un papel que recuerda al que le valió el Óscar al mejor actor con "El pianista" de Roman Polanski en 2002.

Tóth, un arquitecto reputado, ha sobrevivido al infierno nazi y llega a Estados Unidos roto emocionalmente, sin su familia que se quedó atrás.

Pronto conoce a un empresario megalómano y abusador (Guy Pearce) que lo contrata para construir un enorme edificio en Pensilvania, un encargo que se convertirá en otra prueba de resistencia psicológica.

"Es la historia de una personaje que huye del fascismo para toparse con el capitalismo", lanzó en rueda de prensa su director, Brady Corbet, actor que ha rodado a las órdenes de maestros como Lars von Trier.

Corbet tardó siete años en rodar esta película desmesurada, de 3H25, filmada en capítulos, en 70 mm y hasta con una pausa de 15 minutos para dar un respiro al espectador.

- 'No quería llorar'  - 

Salles es uno de los directores brasileños que se ha trazado con solidez una carrera dentro y fuera de su país ("Estación Central de Brasil", "Diarios de motocicleta").

"Ainda estou aqui" está basada en un libro de Marcelo Rubens Paiva que cuenta el trauma que vivió su familia cuando el padre, Rubens Paiva, ex diputado de izquierdas e ingeniero, desapareció en enero de 1971 en Rio.

Su esposa, Eunice, también fue detenida y pasó doce días bajo interrogatorios.

Interpretada por Fernanda Torres, y luego por Fernanda Montenegro ("Estación central de Brasil") en la vejez, Eunice es la mujer que no ceja en la búsqueda de su marido, sin abandonar la educación de sus hijos.

"La historia de Eunice se funde con la de Brasil durante esos años horribles que vivimos", recordó Salles ante los periodistas.

"No quería llorar en la calle con su familia. No quiso que sus hijos se convirtieran en víctimas de la dictadura. Y la manera como decidió hacerlo fue con el silencio y una sonrisa", reflexionó Fernanda Torres en la rueda de prensa.

jz/mb

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