“LA DUQUESA DE DEVONSHIRE SE SENTíA IGUAL DE CóMODA EN CASA, CUIDANDO SUS JARDINES Y SUS GALLINAS, QUE EN UNA CENA DE ESTADO VESTIDA DE ALTA COSTURA”

Existen dos clases de personas: las que, como el escritor Christopher Hitchens —íntimo amigo de Decca— o el diseñador Erdem Moralioglu, son fans de las hermanas Mitford y las que no. Si pertenece al primer grupo —algo que damos por descontado—, está de enhorabuena. Hasta el 20 de octubre podrá visitar la exposición Imaginary Conversations: An Erdem Collection Inspired by Duchess Deborah en la residencia de Deborah Mitford. El castillo que ella y su marido heredaron en ruinas y que Debo convirtió en un negocio rentable gracias a las visitas guiadas —que hoy superan las 600.000 personas— y a la tienda de souvenirs. “Siempre me fascinó Debo. Fue una mujer extraordinaria, increíblemente ingeniosa. Se desenvolvía igual de bien en casa, cuidando del jardín y de sus gallinas, que en una cena de Estado vestida de alta costura”, explica Erdem, que se inspiró en la pequeña de las Mitford para su colección primavera-verano 2024. En ella, los vestidos de tul combinados con abrigos Barbour XXL rinden tributo a una “fuerza de la naturaleza” que compraba la ropa en las ferias agrarias, en Marks&Spencer o en París; nada intermedio le satisfacía. “No he estado en muchas ferias agrícolas,  pero estoy de acuerdo en lo demás”, reconoce Erdem, que ha colaborado con la esposa de su nieto, Laura Burlington, y con su bisnieta, Cecily Lasnet, en el proyecto. “Conocí a Laura cuando ella era directora de moda de la tienda Bluebird y compró mi colección, pero ya había visitado Chatsworth invitado por los actuales duques”, puntualiza Moralioglu. “Ver la casa al fondo, emergiendo de ese valle tan verde, es… Mágico”, añade el modista, que ha confeccionado uno de los trajes con unas cortinas que pertenecieron a la duquesa Deborah bordadas por su nieta Cecily. “El resultado da una hermosa sensación de continuidad”.

Moralioglu, que fundó su marca en 2005, lamenta no haber llegado a conocer a Debo, a quien no duda en calificar como “una persona muy abierta, que abrazaba lo nuevo y amaba el arte y a los artistas, a quienes abrió de par en par las puertas de Chatsworth ”, de ahí este proyecto que plasma sus “conversaciones imaginarias” con la aristócrata. “El origen de la colección, y de la muestra, está en mi necesidad de demostrar cómo sería interactuar con ella a través el archivo de los Devonshire. Esta exposición es a la vez la charla que me hubiese encantado tener, y la que ella misma entabló con esta casa”, razona el diseñador, que ha sido capaz de revivir el look de la duquesa -vestidos de tul con la espalda abierta de Givenchy o Dior, chaquetas Barbour- gracias a su habilidad con las proporciones. “Ese detalle es el que hace las piezas tan modernas”, sostiene.

En la exposición, la colección primavera-verano 2024 de Erdem dialoga con las obras de arte y las antigüedades de Chatwsorth, también con los artículos personales de Debo, que era fan de Elvis Presley y coleccionaba memorabilia de El Rey. Otro ejemplo de esa mezcla entre “glamour y pragmatismo”, como lo describe Erdem, que caracterizaba a la pequeña de las legendarias Mitford. Una mujer tan poco apegada a lo material que donó uno de sus vestidos de alta costura de Givenchy a la parroquia de Derbyshire. El modelo en cuestión en el Niño Jesús de la Iglesia, de gala para un oficio de Navidad.

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